Benjamín Herrera es uno de esos hombres predestinados en la vida para ocupar un lugar destacado en la historia.
Su trayectoria humana de orfandad, de lucha, de carácter y de visionario lo llevó de la ruda y heroica milicia a la jefatura de la alta política, conforme a los mandatos de la época y de ella al magisterio civilizador en las aulas universitarias.
Vida ejemplar la de este hombre recio, luchador infatigable por sus ideas democráticas, servidor del pueblo sin esguinces ni dobleces, republicano y patriota de la más alta estirpe.